En noviembre de 2010 Alberto Fuguet, uno de los más celebrados escritores de Iberoamérica, le relató a un auditorio de Santiago de Chile de qué curiosa manera conoció a Gustavo Rodríguez: “Fue entre aeropuertos”, dijo, haciendo referencia también a su entonces novela más reciente, titulada “Aeropuertos”. “Mi editor, Gabriel Sandoval, me había hablado de una novela peruana que me iba a gustar, una especie de “La ciudad y los perros” contemporánea y entrañable. Se refería a “La furia de Aquiles”. Desde entonces, he ido comprando los libros de Rodríguez en ocasionales escalas en el aeropuerto de Lima y, el habernos conocido primero por Internet y luego en su ciudad natal, ha llevado a que ahora tenga la enorme satisfacción de presentarlo en sociedad, aquí en Chile. Rodríguez es una de esas voces que sorprenden, justamente, porque no se jacta de alimentarse solamente de la literatura. No pueden darse el gusto de no leerlo”, afirmó el reconocido autor chileno.

Publicada originalmente por Alfaguara, «La furia de Aquiles» tenía el siguiente señuelo en la contraportada: “¿Qué harías si todos tus amigos te traicionaran a la vez?” Tal es la pregunta que debe responderse Aquiles López, quien al viajar con sus mejores amigos desde su pequeña ciudad para estudiar en Lima descubrirá la traición, los cambios sociales de una ciudad caótica y también sus primeros amores.

Narrada con un humor tierno y a la vez irreverente, la primera novela de Gustavo Rodríguez nos presenta a personajes vulnerables y entrañables. Quizá porque en ella se refleja lo que alguna vez fuimos todos –o lo que no hemos dejado de ser– comprenderlos es reconciliarnos con nosotros mismos.